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Artículo: Preparación de la Piel para el Verano: Una Guía Práctica

Preparación de la Piel para el Verano: Una Guía Práctica

Preparación de la Piel para el Verano: Una Guía Práctica

El verano, con su aumento de temperaturas y radiación solar, supone un desafío significativo para la salud de nuestra piel. Una preparación adecuada es clave para mantenerla sana, protegida y radiante durante toda la temporada.

1. Protección Solar: El Pilar Fundamental

La protección solar es, sin duda, el aspecto más crítico. El sol es el principal agente del fotoenvejecimiento y un factor de riesgo para el cáncer de piel y las quemaduras solares.

  • Evita las horas pico: La exposición solar directa debe evitarse entre las 12:00 y las 16:00 horas, cuando los rayos UV son más intensos. Busca la sombra siempre que sea posible, aunque recuerda que la sombra no bloquea el 100% de la radiación UV.
  • Uso de fotoprotector de amplio espectro:
    ◦ Factor de Protección Solar (FPS): Elige un fotoprotector con un FPS mínimo de 30, preferiblemente 50 o 50+, que proteja tanto de la radiación UVB (causante de quemaduras) como de la UVA (responsable del envejecimiento y el daño profundo).
    ◦ Aplicación generosa y frecuente: Aplica el protector solar de forma abundante y uniforme sobre la piel seca, al menos 20-30 minutos antes de la exposición. La cantidad recomendada es aproximadamente dos líneas extendidas en los dedos para la cara y dos cucharadas (30ml) para el cuerpo.
    ◦ Reaplicación: Es crucial reaplicar el producto cada dos horas, o con mayor frecuencia si sudas intensamente, nadas o te secas con toalla. Incluso en días nublados o a la sombra, la radiación UV puede penetrar, por lo que el uso de protector solar es indispensable.
  • Protección física: Complementa el protector solar con ropa protectora (tejidos tupidos y holgados), sombreros de ala ancha que cubran orejas y nuca, y gafas de sol homologadas con protección 99-100% UVA y UVB.
  • Pieles sensibles y niños: En bebés menores de 6 meses no se recomienda el uso de protector solar; la protección debe ser exclusivamente física (sombra, ropa). A partir de los 6 meses, se deben usar protectores solares con filtros minerales físicos y FPS 50+.

2. Hidratación: Interna y Externa

El calor y el sol deshidratan la piel, comprometiendo su barrera protectora y elasticidad.

  • Hidratación interna: Bebe al menos 1.5 a 2 litros de agua al día, y más si realizas actividad física o en días de calor extremo. La hidratación desde dentro es fundamental para mantener la elasticidad y luminosidad de las capas más profundas de la piel.
  • Hidratación externa: 
Utiliza cremas hidratantes ligeras y de rápida absorción, que no obstruyan los poros como Cascais.
 ◦ Opta por ingredientes humectantes como el squalene, que retiene la humedad en la piel y ayuda a reparar la barrera cutánea.
 ◦ Aplica la crema hidratante dos veces al día, por la mañana y por la noche.

3. Limpieza y Exfoliación Suave

Una limpieza adecuada es la base de cualquier rutina de cuidado de la piel, especialmente en verano, cuando se acumulan más sudor, impurezas y restos de protectores solares.
  • Limpieza diaria: Utiliza limpiadores suaves, con un pH no alcalino y sin alcohol, que limpien sin resecar la piel ni alterar su manto ácido. Realiza la limpieza dos veces al día (mañana y noche).
  • Exfoliación controlada: La exfoliación ayuda a eliminar las células muertas, permitiendo que los productos de cuidado penetren mejor y evitando la obstrucción de los poros. Se recomienda realizarla una o dos veces por semana, dependiendo de la sensibilidad de tu piel. Elige exfoliantes suaves con partículas finas o exfoliantes químicos con ácidos alfa-hidroxi (AHA) o beta-hidroxi (BHA) que sean compatibles con la exposición solar.

4. Antioxidantes: Un Escudo Extra

Los antioxidantes ayudan a mitigar el daño oxidativo causado por los radicales libres generados por la exposición solar.

  • Aplicación tópica: Incorpora sueros o cremas con antioxidantes en tu rutina, como Sun-Alg, que lo puedes encontrar en Cascais. Se recomienda aplicarla por las mañanas para potenciar la protección solar.
  • Dieta rica en antioxidantes: Consume una gran variedad de frutas y verduras frescas y de temporada. Algunos alimentos clave son: 
Vitamina C: Cítricos, kiwis, fresas, pimientos y tomates.
Vitamina E: Almendras, aguacate, aceites vegetales.
Betacarotenos y Licopeno: Zanahorias, sandía, tomates, pimientos rojos, mangos. Estos pigmentos ayudan a proteger contra el daño UV y favorecen un bronceado saludable.
Polifenoles: Presentes en arándanos, té verde, uvas.
Ácidos grasos Omega-3: Salmón, nueces, semillas de chía. Tienen propiedades antiinflamatorias y contribuyen a la salud de la piel.
Otros nutrientes: Zinc (ostras, legumbres), cobre (mariscos, cereales integrales), vitaminas del grupo B.

5. Cuidados Post-Exposición

Después de la exposición solar, es importante calmar e hidratar la piel.
  • Utiliza lociones, geles o mascarillas con ingredientes calmantes como Milos.
  • Mantén la piel hidratada con cremas ricas en activos reparadores.

6. Evita el alcohol

No sabía si meter este asunto en el capítulo de la hidratación o de los antioxidantes. Siendo tan importante he decidido darle un capítulo propio por las importantes consecuencias para tu piel.

  • Deshidratación: El alcohol es un potente diurético. Esto significa que provoca que tu cuerpo excrete más líquidos de lo normal a través de la orina, lo que lleva a la deshidratación. La piel se vuelve seca, tirante, áspera, opaca y sin luminosidad.
  • Envejecimiento prematuro: El alcohol y sus metabolitos generan radicales libres en el cuerpo. Estos radicales libres dañan las células de la piel y contribuyen a la degradación del colágeno y la elastina, que son las proteínas responsables de la firmeza y elasticidad de la piel.
  • Inflamación y enrojecimiento: El alcohol provoca una vasodilatación de los vasos sanguíneos superficiales de la piel, especialmente en la cara. Con el consumo habitual, esta dilatación puede volverse crónica y llevar a la rotura de pequeños capilares y la aparición de la rosácea. Si ya padeces afecciones cutáneas como la rosácea, el acné o la psoriasis, el alcohol las agrava considerablemente.
  • Bolsas e hinchazón: La retención de líquidos (paradójicamente, a pesar de la deshidratación general) y la inflamación pueden manifestarse como hinchazón, especialmente alrededor de los ojos (bolsas) y en el rostro en general.
  • Función barrera comprometida: El alcohol puede alterar la función de barrera natural de la piel, incluyendo de manera especial a su microbioma, haciéndola más vulnerable a irritantes externos, contaminantes y pérdida de humedad.

Resumen de Claves para una Piel Preparada:

  • Protección solar rigurosa: Fotoprotector de amplio espectro 50+, ropa, sombrero, gafas.
  • Hidratación constante: Bebe agua y usa cremas ligeras.
  • Limpieza y exfoliación suave: Mantén la piel libre de impurezas y células muertas.
  • Nutrición rica en antioxidantes: Dieta variada y suplementos si es necesario.
  • Evita las horas de sol más fuertes.
  • Evita el alcohol.

Preparar tu piel para el verano es un compromiso continuo que combina hábitos de cuidado diarios con una nutrición adecuada, garantizando que tu piel se mantenga sana, protegida y con un aspecto radiante.

 

Jessica.

xx

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